Desde la cárcel, una asesina obliga a Netflix a suspender el estreno de una serie: qué se iba a ver en “Angi”

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Desde la cárcel, una asesina obliga a Netflix a suspender el estreno de una serie: qué se iba a ver en “Angi”

Desde la cárcel, una asesina obliga a Netflix a suspender el estreno de una serie: qué se iba a ver en “Angi” — Netflixparalizó el estreno de este jueves de su próxima miniserie detrue crimeespañolaAngi: Crimen y mentirapor orden del juzgado. El arribo de la pro...

Netflixparalizó el estreno de este jueves de su próxima miniserie detrue crimeespañolaAngi: Crimen y mentirapor orden del juzgado. El arribo de la producción a la plataforma se entorpeció por una denuncia que hizo la condenada por el caso.

Angi es un documental de dos episodios que repasa cómoMaría Ángeles Molina, también conocida comoAngi, cometió el retorcido crimen de la diseñadoraAna Páezen febrero de 2008.

El Periódico informó que Angi denunció aNetflixpor el uso de imágenes personales previas al crimen que no habían contado con su consentimiento y pidió la suspensión del programa. Netflix, entonces, eliminó la ficha del proyecto de su catálogo y retiró los trailers en YouTube. Se desconoce su nueva fecha de estreno.

En la serie documental de dos episodios de 38 y 40 minutos había 18 testimonios de allegados a la víctima y a la asesina, así como también de los Mossos d’Esquadra que participaron en la investigación. La producción no contaba con la voz de Angi.

La serie producida por Brutal Media estaba lista para ser estrenada tras dos años de trabajo. Incorporaba, además del crimen de Ana Páez, todo lo vinculado a la misteriosa muerte del empresarioJuan Álvarez Litbende la que Angi fue sospechosa.

El cuerpo de la diseñadora de modas española Ana Páez apareció el 19 de febrero de 2008 en una habitación de hotel.Estaba desnuda y con una bolsa en la cabeza.

Páez era empleada de la empresa textil Promotex. Tenía 35 años, sus compañeros la apreciaban, era amiga de su jefa, estaba de novia con Carlos y su familia destacaba su generosidad.

El caso era desconcertante, sin embargo, que el cuerpo estuviera desnudo y con una bolsa en la cabeza hizo que enseguida se barajara la teoría del crimen sexual.Josep Porta, el jefe de homicidios de los Mossos d’Esquadra de Barcelona, dijo a El País que la escena tenía todo para ser la de un “juego sexual que se fue de las manos”.

Porta hacía referencia a laasfixia erótica, una práctica que consiste en asfixiar parcial o temporalmente a una persona para darle placer. Debe llevarse a cabo con consentimiento, pero no garantiza la seguridad del otro y muchas veces produce muertes accidentales.

Sin nada concreto, la investigación se prolongó por dos años más. Alguien se estaba haciendo pasar por Ana para obtener préstamos bancarios y seguros de vida por más de un millón de euros.El impostor podría estar relacionado con la muerte de la mujer.

Todo fue incertidumbre hasta que apareció una prueba que descolocó a los investigadores pero les sirvió para hacer encajar las piezas en el seguimiento que le estaban haciendo a uno de los sospechosos.

Esa prueba eraun videocapturado por cámaras de seguridad que mostraba a una mujer con peluca sacando plata de un cajero.

Más tarde se sabría que esa mujer era nada más ni nada menos que la jefa de recursos humanos de Ana,Angi.

El comportamiento errático y sospechoso de Angi llevó a la policía a seguir sus pasos, pero el video confirmó lo que todos pensaban: Angi estaba involucrada en la muerte de Ana.“Actuó con un grado de premeditación y de sofisticación que pocas veces he visto”, dijo Porta.

El 19 de febrero de 2008, Angi invitó a cenar a Ana a un departamento de Gràcia que había alquilado específicamente para esa comida. Para Ana no era raro; consideraba a Angi su amiga. Angi no pensaba lo mismo.

En esa cena,la anfitriona durmió a Ana con una sustancia parecida al cloroformo y la asfixió colocándole una bolsa en la cabeza.

Después plantó una escena para engañar a la policía; hacer que piense que fue un crimen sexual o una muerte accidental producida por un juego erótico. Para ellodesnudó el cuerpo de Ana y llenó la boca y la vagina de la mujer con el semende dos hombresque aceptaron eyacular en un frasco a cambio de 200 euros.

Por el crimen, Angi fue enjuiciada, sentenciada a22 años de prisiónpor asesinato y estafa y hasta el día de hoy nunca admitió lo que hizo. Siempre apostó por el silencio y las explicaciones absurdas.

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